miércoles, 17 de marzo de 2010

Fuerzan el cierre de Fontecarmoa arrojando cristales a las piscinas

Desde el inicio de la huelga indefinida en las instalaciones deportivas de Galicia, el complejo municipal de Fontecarmoa, en Vilagarcía, ha sufrido tres sabotajes cuya contundencia ha ido en aumento. El 11 de febrero, una veintena de personas encapuchadas se introdujeron en él a plena luz del día y arrojaron pintura y lavavajillas en las piscinas de la sala de baños. Este miércoles, de madrugada, alguien trató de incendiar el edificio, rompiendo dos ventanas, rociando combustible en su interior y prendiéndole fuego. Ayer, apenas 24 horas después, los saboteadores aprovecharon la rotura de uno de aquellos dos ventanales -fue tapado con paneles a la espera de nuevo material que lo sustituya- para entrar de nuevo y, esta vez, arrojar al agua cristales y una sustancia que todavía no ha sido identificada.

El arousano es uno de los pocos centros deportivos que no ha cerrado un solo día sus puertas pese al paro indefinido, ya que la inmensa mayoría de su plantilla no secunda la movilización. Con el último asalto, sus autores han logrado en parte su propósito, ya que la empresa que gestiona el servicio, Serviocio, ha decidido clausurar al público las dos piscinas hasta que los análisis determinen qué material ha sido depositado en el agua y los fragmentos de vidrio sean recuperados en su totalidad. La más pequeña de ellas, destinada a los niños y a actividades de rehabilitación, tuvo que ser vaciada. La medida se mantendrá al menos durante la jornada de hoy, aunque el gimnasio y el Spa funcionan con toda normalidad.

Los vándalos actuaron a partir de las tres de la mañana, momento en el que los últimos empleados de la piscina abandonaron el complejo. Tras conseguir forzar el panel se introdujeron en la sala de baños sin problemas, ya que en esta ocasión no se activó la alarma. Así que los operarios de la empresa concesionaria se encontraron a las siete, hora de reanudar el servicio, con la cristalera al aire, los pedazos de vidrio en el agua y una sustancia extraña en las rejillas que bordean las piscinas.

Ante la reiteración de este tipo de asaltados, el Concello ha decidido intensificar la vigilancia policial en Fontecarmoa, al tiempo que Serviocio recurrirá de nuevo a la presencia de seguridad privada.

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